En los últimos años, el número de start-ups ha ido aumentando en gran medida. Cada día son más las personas que desean dejar su huella en el mundo y deciden empezar sus propios proyectos. Sin embargo, el número de start-ups que logra sobrevivir a sus primeros años es muy bajo. Además, de las pocas que sobreviven, las que llegan a ser consideradas como exitosas son aún menores, casi nulas.
Todos conocemos estos números. Todos sabemos que este es uno de los caminos más difíciles que alguien puede recorrer en la vida. Entonces, ¿por qué hay cada vez más personas que se aventuran por este viaje? Las probabilidades de tener éxito son casi inexistentes pero aun así lo intentan. ¿Acaso hay algo que hace diferente a estas personas del resto? La respuesta es sí, y una de las principales diferencias podría radicar en su motivación.
Cada persona es un universo, cada quien tiene sus propias metas, objetivos y motivaciones. Esto es lo que mueve a la gente… Esto es lo que mueve al mundo.
Seguramente ya has oído hablar de la “Fuerza histérica”, una persona levantando un auto para salvar a alguien atrapado debajo. Humanamente, esto no debería ser posible, al menos no para la mayoría de nosotros. Pero aun así hemos visto casos donde una sola persona, guiada por la motivación de salvar una vida, logra realizar esta gran hazaña.
La motivación es lo que nos hace seguir adelante aun cuando vemos los miles de obstáculos que nos esperan. En el caso de las start-ups, querer cambiar el mundo traerá demasiadas complicaciones, más de las que cualquier persona podría esperar. Pero ante los ojos de alguien decidido a enfrentar los grandes problemas, estos obstáculos empiezan a perder fuerza.
Las start-ups deben iniciar con esta mentalidad. Crear alguna solución que logre ayudar a alguien allá afuera y sin enfocarse tanto en los obstáculos. La motivación es la fuerza más resistente que tenemos a nuestra disposición y podemos usarla cuando queramos.
Entonces, ¿por qué el número de start-ups ha ido en aumento? La respuesta es simple: Se debe a la motivación de mejorar este mundo. La satisfacción de haber ayudado a alguien que lo necesita. Las ganas de dejar un mundo mejor al que nos dejaron.
No pienses en el auto, sino en la vida debajo de él.